miércoles, noviembre 13

Hermoso y mal arte | Televisión

Al contrario de lo que cree el alcalde, creo que el talento abunda. Mi postura no es un acto de fe, ni un brindis al sol, lo noto con frecuencia. La semana pasada me tocó participar en el VIII Encuentro de Guías, y luego reafirmé mi opinión. Gracias a un buen número de Charlas, se debate sobre el sector y sus amenazas actuales (el uso ilícito de la IA y el robo de créditos por parte de los no escritos, entre otras). Del veterano Robin Green, guía, entre otros, de médico en alaskala sopranoAnte la refrescante juventud y actividad de la guitarrista Paula Sánchez, el encuentro expone un abanico de experiencias que fueron un derrape de energía para quienes nos dedicamos a esto: escribir guiones es una actividad de menú solitaria, pero no estamos ni mucho menos solos.

El talento abunda, no importa cuál sea. El guía es un oficio y, como tal, aprende y mejora su trabajo. Uno puede tener aptitudes para escribir superiores a la media y convertirse en un escritor mediocre por muchas razones. De esta manera podrás empezar con una habilidad aparentemente más limitada y convertirte en un guitarrista más solvente. Todo esto puede suceder o no. Los factores que influyen en lo que se desarrolla son tantos y tan variables que, al final, trabajar, trabajar y trabajar es una condición necesaria, pero no suficiente. Y a veces no es necesario, tuve noticias de esas caraduras hay en todos los gremios.

Sea como fuere, el talento abunda, y eso es una mala noticia para lo que le gusta escuchar al borde del resto de la costa de su profesión. Y dentro de este grupo, especialmente para aquellos que creen que el talento ha validado sus conductas despreciables, sobrias e inapropiadas. Para quienes crean la falsa dicotomía entre el genio tirano y la buena persona sin talento.

Quiero y pretendo trabajar con buena gente, y espero hacerlo con mis compañeros. Por eso disfruté escuchando a Pilar Palomero en el último festival de Málaga, defendiendo lo mismo en su discurso. Y de ahí me di cuenta de que a muchos periódicos les encantaría su experiencia con los creadores de una serie a la que se podría formar. Pienso: así son con la prensa y nadie debe fingir cortesía por interés, como lo serán con sus equipos.

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