sábado, octubre 12

Exhumaron un cuerpo para intentar resolver un crimen envuelto en 31 años de silencio

Paulo Guardati desapareció en 1992 al terminar un contrato de arrendamiento en Mendoza. Creen que fue asesinado tras una pelea con un policia de civil y que el caso fue encubierto.

La desaparición de Paulo Christian Guardatí (21)el 24 de mayo de 1992 en la salida de un baile en una escuela del municipio Godoy Cruz, sigue siendo un caso no resuelto. Este jueves, un equipo especializado en antropología forense de la Universidad de Buenos Aires llegó a mendoza paraca desenterrar un cuerpo del Cementerio de Capital y develar si son restos del joven que fue visto por última vez hace tres décadas.

Pasaron 31 años y su madre Hilda Lavizzari, aún lo busca como el primer día. La causa judicial tuvo nueve jueces, 15 personas imputadas, renunció un ministro de Gobierno, dos jefes de Policía fueron relevados y 10 oficiales recibieron sanciones por irregulidades e interferir en la investigación. Nunca apareció su cuerpo ni las personas responsables de hacerlo desaparecer.

Todos los sospechosos fueron sobreseidos, entre los policías del destacamento del barrio La Estanzuela que habrían estado involucrados en el supuesto arresto inicial de Guardati. A esta conclusión llegó una Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA).




Paulo Christián Guardati tenía 21 años cuando desapareció hace tres décadas en Mendoza.

Por lo tanto, el gobierno de Mendoza debe pagar una compensación a su madre. Similar procedimiento se siguió con las desapariciones de dos albañiles, Raúl Baigorria y Adolfo Garrido.

Guardati era pintor de obra y tenía una causa abierta por el robo del estéreo de un auto. Su presunta detención en la medianoche del 24 de mayo de 1992 se debió a cuestiones personales con un hombre, aparentemente a policia fuera de sus funcionesque lo corrió por las calles del barrio disparando su arma.

La Jueza Estela Garritano de Cejas denunció en 1995 que hubo en la policia una «cadena de complicidades» que debe ser descubrir. Sin embargo, nunca se supo nada.

Exhumaron un cuerpo para intentar determinar si corresponde a Christian Guardati, quien desapareció hace 31 años en Mendoza.  Foto: Orlando Pelichotti/Los Andes


Exhumaron un cuerpo para intentar determinar si corresponde a Christian Guardati, quien desapareció hace 31 años en Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti/Los Andes

Exhumación

El cuerpo exhumado estaba en el nicho 8403, de la línea superior de la planta baja del pabellón M Este, del cementerio de la Ciudad de Mendoza.

Un dato sorprende: el mismo nicho ya había sido investigado y ese cuerpo exhumado en el año de la desaparición de Christian, 1992.

De acuerdo el abogado el abogado Enoc Ortiz, en representación de la familia Guardati, en ese momento no contaba con la tecnologia actual en ingenieria genetica para determinar si este cuerpo que estaba en el cementerio era de Christian. Hubo varias coincidencias en la ropa y la estructura del cuerpo, pero ningún estudio forense definitivo para confirmar el hallazgo.

En el medio, el fiscal federal Daniel Rodríguez Infante quien a pedido de la madre de Christian Guardati (21) desenterró un cuerpo en el Cementerio de Mendoza.  Foto: Orlando Pelichotti/Los Andes


En el medio, el fiscal federal Daniel Rodríguez Infante quien a pedido de la madre de Christian Guardati (21) desenterró un cuerpo en el Cementerio de Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti/Los Andes

En 2021, por pedido de la defensa, la causa pasó de la Justicia provincial a los Tribunales Federales. Hubo una reconsideración del caso como desaparición forzosa y crimen de lesa humanidad. Ahora la investigación sobria el posible homicidio y desesperación de Guardati está a cargo del fiscal federal Daniel Rodríguez Infante.

“Tenemos expectativas moderadas ya que estamos exhumando un cuerpo que está identificado como correspondiente a otra persona. Federal Dante Vega.

Según explicó Rodríguez Infante, hace unos 30 años se hicieron pericias sobre ese cadáver y se identificó como otra persona pero con los avances tecnológicos en ingeniería genética, y algunos elementos que están en el expediente, apuntalan la medida.

Su mamá Hilda, que tiene 80 años, no pierde las esperanzas de encontrar la verdad y poder encontrar una respuesta a lo que ocurrió con su hijo. Y poder calamar ese dolor inmenso.

Mendoza. Correspondencia.

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