Sigue la marcha triunfal de Europa en la Ryder Cup de Roma. El conjunto europeo domina por 9,5 a 2,5 puntos después de los duelos de foursomes (una bola por pareja) de este sábado por la mañana, saldados con tres victorias locales y una visitante, y con la mayor paliza en la historia en esta modalidad: un 9&7 (nueve hoyos de ventaja con siete por jugarse) a favor de Hovland y Aberg en su duelo ante Scheffler y Koepka.
Este domingo los 12 duelos individuales (a partir de las 11.30 en Movistar Golf)
del 6,5-1,5 al 9,5-2,5 de la mañana tras los foursomes (3-1) y en los fourballs
mes sin competir después del fin del circuito americano a finales de agosto los eeuu, mientras que Europa se ha preparado a fondo en citas en casa
lo que necesita eeuu
“Por siempre en nuestros corazones”. Una gran lona con la imagen de Severiano Ballesteros se despliega en la grada del tee del uno. Roma honra al mito, al hombre que revolucionó la Ryder para convertirla en la gran competición mundial que es hoy, al jugador que convenció a los golfistas europeos de que podían vencer al imperio americano. No hay Ryder en Europa que no esté impregnada de ese espíritu rebelde que hoy tanto representa Jon Rahm. En cada esquina del vestuario, en cada golpe, ahí está Seve. Bajo el homenaje a la leyenda, su hijo Javier Ballesteros, Chema Olazabal, quien fuera su mejor pareja y amigo, y el capitán europeo, Luke Donald, aplauden con el corazón. Justin Thomas y Rory McIlroy acaban de dar sus golpes de salida a las 7.35 y las emociones ya están a flor de piel en el Marco Simone.
El efecto Seve funciona al instante. Y de qué manera. Tres primeros hoyos ganados para McIlroy y Fleetwood ante Spieth y Thomas. Y los cuatro primeros conquistados de manera consecutiva, y cinco de seis, y seis de ocho, por Hovland y el novato Aberg (vaya máster acelerado en la Ryder para el joven sueco sin haber siquiera jugado un grande) frente a dos estrellas como Scheffler y Koepka. Dos goleadas. En media hora de competición la pizarra ya estaba manchada de nuevo de azul, como si el sábado fuera el viernes. Los jugadores europeos seguían en trance, finos y compenetrados. Los norteamericanos no encontraban la fórmula ni desde la salida ni desde el green, fuera de foco: fallaban la calle, perdían la bola entre la maleza, desaprovechaban un putt sencillo, cargaban con un doble bogey…
La imagen de la caída fue la del número uno mundial, Scheffler, y Koepka, ganador de cinco majors. Hovland y Aberg no les daban ni un segundo de tregua (siete birdies), y el meneo fue tan monumental a dos de las grandes figuras del golf mundial que el marcador se cerró en un escandaloso 9&7, la mayor paliza en toda la historia en foursomes. Scheffler acabó hundido, en lágrimas y con el rostro tapado por la gorra, desolado después del choque. El líder de la clasificación mundial había sido un jugador irreconocible y, lo más duro para él, y para cualquiera que compita en una Ryder, había fallado a su equipo y a su país. El golpe anímico para la tropa americana era gigantesco, seguramente uno del que ya no se podrían levantar.
Para colmo norteamericano, había despertado la mejor versión de McIlroy, y Fleetwood y el norirlandés enlazaron dos eagles seguidos en el 11 y el 12, mientras Thomas intentaba tirar del tristón Spieth. A la pareja europea le bastaba con un plan conservador, pero surgió entonces la reacción orgullosa del dúo de amigos estadounidenses, dos compañeros de generación que remaron en busca de la remontada: victorias parciales en el 13 y el 14. El soberbio putt de McIlroy en el 15 cerró el grifo y enfiló el triunfo por 2&1. Homa y Harman sí presentaban batalla contra Lowry y Straka en un choque muy peleado, una excepción entre tanto duelo desigual. Un eagle de Homa en el par cinco del 12 certificó la superioridad americana en esta plaza, un 4&2 final para abrazar al fin el primer punto en rojo en día y medio de competición después de la oleada azul.
Esta vez Jon Rahm no fue el primero en partir, sino que su dúo con Hatton cerró la mañana contra Cantlay y Schauffele. En la segunda parada del recorrido ya marchaban uno arriba por el bogey de los visitantes, y eran tres de renta después de los ocho primeros. Europa ha descubierto una pareja de muchas revoluciones con Rahm y Hatton, dos hombres que viven el golf con mucha pasión, puro sentimiento Ryder. Un birdie del vasco en el 11 cortó el intento de reacción y un tirazo a bandera en el par tres del 17 subió el 2&1. Al mediodía, 9,5 a 2,5 para los locales. Europa había sido un vendaval. Estados Unidos estaba contra las cuerdas.
Los capitanes dieron descanso a Rahm y a Scheffler en los fourballs de la tarde. El español, para reponer energías. El norteamericano, para sanar las heridas del vapuleo sufrido. También fue baja Koepka, que el viernes había acusado a Rahm de “hacer pucheros y actuar como un niño”. Con el palo en las manos, se quedó mudo. Volvieron a alinearse los vikingos Hovland y Aberg, ante Burns y Morikawa
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Fleetwood y Hojgaard contra Homa y Harman, Rose y MacIntyre contra Thomas y Spieth, y McIlroy y Fitzpatrick contra Cantlay y Clark. Volvieron a alinearse los vikingos Hovland y Aberg
Resultados y agenda
Foursomes.
Rory McIlroy y Tommy Fleetwood, 2&1 a Justin Thomas y Jordan Spieth.
Viktor Hovland y Ludvig Aberg, 9&7 a Scottie Scheffler y Brooks Koepka.
Max Homa y Brian Harman, 4&2 a Sepp Straka y Shane Lowry.
Jon Rahm y Tyrrell Hatton, 2&1 a Patrick Cantlay y Xander Schauffele.
Fourballs.
Domingo. 12 duelos individuales.
TV: Movistar Golf a partir de las 11.30.
Todos los resultados de la Ryder Cup de Roma.
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