es Y ahora Sonsoles querían retrasar a Valeria Vegas. El colaborador fue más allá de retransmitir el adelanto de la entrevista que la última novicia de Cristina Ortiz concedió a Equipo de investigación para contar “su verdad”, no la verdad en general, la suya en particular. Un concepto que se limita a aparecer en el bando del «pobre verdor» y «otras alternativas» creado por la trumpista Kellyanne Conway. Vegas reaccionó porque la biografía de La Veneno también era su amiga y no pidió que su silencio ante lo que había escuchado los hiciese pensaran que España era gilipollas.
Haz un par de semanas de otro cabreo de Las Vegas SÍ nos dejaron una de esas frases que piden mármol: “Los medios tienen una obligación, eso no atrae a la gente”. Parece que el desayuno del sujeto coincidió con el cuerpo moribundo de La Veneno, pero estuvo dedicado a una entrevista más del programa a uno de los militares de Melilla que se ocupó de recuperar la Ley Trans con su beneficio personal y su ridículo paso a colectivo. Vegas irónicamente se preguntó si podría caminar por toda la mesa, pero la respuesta no fue esa, ya que si tan solo tuviera a alguien dispuesto a cometer fraudulentamente de ley, Antena 3 lo hubiera encontrado y le hubiera dado un micro delante, eran zahoríes. de la inmundicia. O lo mismo es la casualidad de que, si tienes problemas con desahucios, contactas con una empresa pronazi y al ser entrevistado en una entrada centenaria resulta ser un devoto franquista. No iré a buscar rebajas porque no me sorprende. Hace treinta años Mercedes Milá se pronunció sobre el mensaje racista y xenófobo de Ultra Sur y Frente Atlético en Queremos Saber: “Los negros son los reyes en África y los chinos en China”, decían con tanta riqueza. En realidad, lo raro habría sido verse abandonado ante la melancolía de Kierkegaard. Ahora podremos sacarlos de la plataforma con la ayuda de la policía.
En la entrevista con Alín, así si se llama el interfecto, nadie conoce las fuerzas del orden, ni razón, el caso seguramente pesará las lagunas que tienen pequeñas de la Ruidera. Tampoco nadie exigió un boicot a los locutores como antes si lo hizo con chienes si lucraron para hablar de otros delitos. Prefiero pensar que vivimos en tiempos más cínicos y no que Cristina Ortiz es una víctima que importa menos. Lo que no cambia es que la gente sigue manteniendo su voz en lo mediocre.
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