La alegría también dura poco en casa de los hipotecados. Tras aflojar ligeramente en agosto, el euríbor ha retomado la senda alcista este septiembre y acaba el mes con una media del 4,149%. Aun así, ha sido un ascenso leve y, por la comparación con el año pasado, el encarecimiento de las cuotas hipotecarias será el más moderado del último año. El indicador, creen los expertos, entra en una fase de estabilidad, aunque siempre a expensas de los pasos que vaya dando el Banco Central Europeo, que el 14 de septiembre anunció la novena subida de tipos de interés consecutiva, hasta situar el precio oficial del dinero en el 4,5%.
El euríbor se mantiene hasta ahora por debajo de esa meta y no está claro que vaya a alcanzarla, aunque en el último día del mes sí se ha acercado a sus máximos anuales al llegar al 4,228%. Los analistas apuestan por que se mantenga en torno al 4% al menos hasta final de año, aunque con ligeras oscilaciones al alza o la baja. La media de septiembre implica que una hipoteca media en España (145.510 euros a pagar en 24 años, según la media del INE para 2022) cuyo interés sea de euríbor más un punto se encarecería en 136,1 euros al ser revisada este mes. En concreto, pasaría de una letra de 727 euros a una de 863,1 euros. En todo un año, eso supone un sobrecoste de más de 1.633 euros.
Pese al movimiento al alza del indicador, este es el encarecimiento más suave del último año. Como las hipotecas variables (que siguen representando la mayoría de préstamos vivos en España) se revisan normalmente una vez al año, al recalcular la cuota importa tanto lo que pasa ahora como lo que pasó 12 meses atrás. Y como el euríbor aceleró mucho en septiembre del año pasado (y por tanto las hipotecas se encarecieron mucho entonces) ahora la situación es un poco más favorable. No obstante, la subida acumulada de los dos años supera los 300 euros al mes para un préstamo de importe medio.
Desde enero de 2022 no ha habido un solo mes en que las hipotecas no se hayan encarecido. Y la escalada lleva el sello inconfundible de la inflación y el cambio radical en la política monetaria del BCE (y de muchos otros bancos centrales) para combatirla. El analista de banca Rafael Alonso cree que ahora la evolución de los precios “va en la buena dirección, pero por el camino puede haber subidas”. De hecho, en este septiembre el IPC también ha repuntado en España hasta el 3,5% a la vez que se encarecían los combustibles y la electricidad. Y eso, dice el experto del equipo de Análisis y Mercados de Bankinter, provocará altibajos inevitables en el euríbor conforme se vayan conociendo “datos que impactarán en la expectativa de inflación para bien o para mal”.
El euríbor expresa el interés al que teóricamente (no se trata de operaciones reales) se prestarían dinero entre sí una serie de bancos de la eurozona con un determinado plazo. El indicador a 12 meses (es decir, a devolver en un año) es relevante para el mercado hipotecario español porque es el que se toma como referencia para la mayoría de préstamos variables, que son los que han dominado el mercado durante muchos años (ahora la mayoría de las hipotecas que se firman nuevas son fijas). Por eso los tipos que fija el BCE, y la expectativa de que dentro de un año sean más altos o más bajos, influye en la evolución de este índice.
En su última reunión, el supervisor bancario de la eurozona deslizó que la subida de tipos hasta el 4,5% podría ser la última. Pero a eso se añadió “el mensaje de que no van a bajar los tipos en mucho tiempo”, según recuerda Alonso, “y eso te lleva a un euríbor en niveles similares a los actuales hasta septiembre del año que viene”. Para los hipotecados hay una buena y una mala noticia: si se estabiliza el indicador, las hipotecas dejarán de subir porque ya no habrá un salto respecto a los niveles del año previo; la parte negativa es las cuotas se mantendrán en niveles elevados durante un tiempo.
Para Hugo Rodríguez, investigador del Instituto de Análisis Económico del CSIC, el horizonte temporal incluso podría ser más largo. “[La presidenta del BCE, Christine] Lagarde siempre dice que depende de cómo evolucionen la economía y las expectativas de inflación”, recuerda, “pero al mismo tiempo dice que sus expectativas de inflación están por encima del 2% hasta finales de 2025″. El supervisor se enfrenta de nuevo al reto de acertar con el momento en que anuncie una primera bajada de tipos. “El riesgo si afloja antes de tiempo es que el horizonte temporal se alargue”, ejemplifica Rodríguez. Y advierte: “El problema de la zona euro es que nos han malacostumbrado, vamos a tener seguro tipos por encima del 2%, que nadie espera volver adonde hemos estado en los últimos 15 años”.
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