Paz Torralba (Salamanca, 50 años) trabajó en Bankia durante 15 años, actividad que abandonó para seguir los pasos de su familia y fundar su propio negocio. Lo de ser empleada por cuenta ajena no iba con ella. Debido a sus funciones en la entidad financiera tenía que consultar frecuentemente los estudios e informes que elabora el Instituto Nacional de Estadística: y se quedó con la idea de que el único sector que siempre salía a flote en todas las crisis era el sector de la belleza y el lujo.
Fue el germen de The Beauty Concept, un negocio de estética, bienestar y salud, que nació en 2005 y que cuenta, de momento, con cinco centros en Madrid, además de gestionar el spa del hotel Ritz Mandarin Oriental de Madrid. El siguiente paso en su estrategia de crecimiento: la expansión de la gestión de este tipo de espacios en hoteles de lujo en España. En su agenda tiene anotadas varias propuestas.
Pregunta. Hay muchos centros de estética, ¿por qué tiene éxito el suyo?
Respuesta. Porque no escatimamos en nada. Ni en tiempo, ni en equipo, ni en recursos, lo importante es el cliente. Tanto es así que no me gusta la filosofía de marcas monodosis. Huyo de las empresas que lo ofrecen, porque cada persona debe tener un protocolo y una atención personalizada. Nosotros [aquí incluye a su marido, el abogado Álvaro Écija, socio director de Ecix Group, firma especializada en servicios de cumplimiento y ciberseguridad] nos propusimos unos objetivos y los cumplimos. También tenemos un público que gasta un tique alto y no le importa el precio, sino el diagnóstico y el tratamiento. Es un público altamente exigente. Si lo haces mal no te lo perdona y si lo haces bien son fieles.
P. ¿De dónde saca el tiempo para atender todos sus negocios?
R. Abro y cierro los centros. No me cuesta nada, es cuestión de carácter. Al final no lo ves como un trabajo, sino que es una forma de vida. Hago lo que me gusta.
P. ¿Cómo se cuida usted?
R. Soy muy consciente de que lo importante es el cuidado global. Me mantengo activa, tengo una buena alimentación, me encantan las chuches, pero no las como. Leo mucho sobre alimentación, estoy muy interesada en la permeabilidad intestinal. Me cuido mucho, pero ya antes de abrir el primer centro me hacía tratamientos de cabina. Y me cuido mucho en casa.
P. ¿Qué rutinas sigue?
R. Por ejemplo, desayuno proteína siempre, y no bebo leche, solo de avena. Por la mañana tomo huevos, algo de fruta y nueces, que son buenas para el corazón. Tampoco consumo azúcar. He hecho durante meses el ayuno intermitente y me quité nueve kilos en seis meses. No como carne roja, no me gusta. Tampoco bebo vino tinto, me gusta más el champán. Los fines de semana bebo un vermut o una cerveza. Nada más.
P. ¿Le preocupa envejecer?
R. Mucho. Por eso me gusta leer sobre todos estos temas, sobre la inflamación, porque un cuerpo inflamado es un cuerpo enfermo. Me trato de todo esto con un médico de medicina alternativa y me siento mejor que hace unos años.
P. ¿El bienestar es el verdadero lujo?
R. Totalmente. Vamos hacia eso. Y en The Beauty Concept no buscamos un resultado estético sino el bienestar, tenemos que sentirnos bien con nuestro cuerpo. El estrés es el gran mal y el causante de muchas enfermedades, así como la mala alimentación.
P. Quería ser empresaria, ¿pero hay alguna profesión a la que le hubiera gustado dedicarse?
R. Me hubiera encantado dedicarme a la crítica gastronómica porque me encanta comer. Antes de montar este negocio tuve dudas y estuve a punto de poner una casa rural con huerto propio, pero mis padres han tenido negocios de restauración y sé lo complicado que es. Me gusta mucho cocinar, hago guisos. Me salen muy bien las verdinas con almejas y las lentejas con verduras. Los domingos hago comida para toda la semana. Hago desde la salsa de tomate, el pesto, el gazpacho, las cremas de verduras, pocho verduras para tenerlas de acompañamiento de los platos principales. Hago una ensaladilla de coliflor, en vez de con patata, que me sale buenísima. Me encantaría tener un restaurante y así el centro sería más completo, de alimentación y de bienestar, y urbano.
P. En Madrid hay muchos restaurantes…
R. Pero no hay un restaurante con ese concepto de comida sana, con buenas tostas, ensaladas, verduras, y debería ir acompañado de algo más, no que sea solo un lugar para comer, sino un espacio en el que pasen más cosas.
P. ¿Duerme bien?
R. El descanso es muy importante y también lo es una buena cama. He invertido en una cama inteligente, que mide la edad biológica —me salió que tenía 32 años—, que va a una toma de tierra e inhibe las ondas magnéticas y garantiza el descanso. Te levantas muy bien, sin molestias porque se moldea a tu cuerpo. La mejor inversión que he hecho ha sido en esta cama que te rejuvenece porque descansas muy bien. El descanso es un pilar importante del envejecimiento. La falta de sueño, el insomnio, es preocupante.
P. ¿Hay algo que le quite el sueño?
R. Ahora mismo no. Tengo a toda mi familia, y eso es lo que más me importa. Soy muy familiar. Me encanta cuidar de los míos y pasar tiempo con mis sobrinos. Y para eso hay que estar bien.
P. ¿Echa algo de menos de su anterior vida como ejecutiva de banca?
R. Nada. Y nada es nada. Me fui en 2011. He tenido puestos importantes, pero estoy feliz con lo que hago y muy contenta de la decisión tomada.
P. ¿Qué libros está leyendo?
R. Estoy leyendo Maldito hamor, de Cruz Sánchez de Lara, y Un océano para llegar a ti, de Sandra Barneda. Pero lo que más leo es sobre el bienestar, la salud y el envejecimiento. Recomiendo La inflamación silenciosa, de Guy Roulier.
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