España no fue España, ese equipo férreo en defensa y con una fe en su fuerza como grupo que multiplica cualquier rendimiento individual. Frente a Letonia, en el arranque de la segunda fase del Mundial, la selección fue un conjunto desdibujado, blando cuando debía ser duro, inferior en el rebote y sin soluciones para frenar a unos jugadores que agitaron la coctelera hasta llevarse el triunfo con un parcial de 11-27 en el último cuarto. La derrota mete a la campeona en un buen lío. En una liguilla de cuatro en la que los dos primeros acceden a cuartos, se jugará sus opciones de pisar los cuartos el domingo a las 15.30 contra la poderosa Canadá que entrena Jordi Fernández. En el aire está también la opción de optar a un billete directo para los Juegos de París 2024: solo los dos mejores equipos europeos se clasifican.
Scariolo había partido con Alberto Díaz, Llull y Claver en el quinteto inicial como barrera de contención ante un equipo muy dinámico y de grandes tiradores. Los dos conjuntos no tardaron en mostrar sus armas. El base Zagars dribló y penetró hasta la cocina para burlar la muralla de Willy. En la jugada siguiente, el pívot español marcó territorio en la pintura. Letonia es feliz en el perímetro y a la carrera. España tiene dinamita en sus torres. La selección se había marcado el deber de resistir en esos primeros minutos ante un rival explosivo que siempre mira a canasta y ataca el aro con mucha convicción desde cada esquina. La apuesta letona no engañaba porque fue la receta que tumbó a Francia y plantó cara a Canadá. España sabía lo que le esperaba, y aun así encajó los primeros golpes (4-6, 9-10). Igual mordía el pequeño Zagars que el grandullón Smits en sus incursiones hacia el tablero (entre los dos firmaron los 10 primeros puntos de su selección). La respuesta española era buscar a Willy y a Juancho cerca de la red, aunque urgían más soluciones: Claver se quedó con el balón en las manos y el tiempo agotado en un ataque.
Juan Núñez y Garuba entraron al rescate. Frescura para generar juego y cemento para tapar las fugas de agua. Letonia amenazaba por fuera y eso le abría la puerta de las penetraciones porque España debía avanzar sus líneas. Rudy, Abrines y Aldama renovaron el traje de la selección, ya con un quinteto nuevo, pero la película era la misma. Letonia explotaba su juego vertical, de mucho movimiento de balón y posesiones cortas; España desafinaba en el triple y los tiros libres. No estaba cómoda la campeona en un pabellón con mucha presencia de aficionados letones (16-17 al final del primer cuarto).
El primer triple letón al séptimo intento, de Davis Bertans, caldeó más a los muchachos de rojo y blanco. España calcó por momentos ese ritmo alocado del rival, pero sin éxito, ahogada por las pérdidas. No es ese su adn. Otro bingo exterior de Zagars, a quien Abrines no puedo echarle el guante, agrandó la diferencia (18-23). Núñez cometía falta en ataque en un contragolpe, Juancho erraba en un tiro lejano otra vez con el cronómetro señalando la hora, el balón se le escurría a Brizuela, o se perdía por la línea de banda en un pase a ninguna parte… Scariolo mandó parar porque el atasco era preocupante: en seis minutos del segundo asalto, solo dos puntos en la mochila. Del letargo despertó España con un triple de Juancho y manos y pies rápidos para las recuperaciones y el contragolpe. En medio de la espesura, solo el tajo en defensa encendió la luz. La selección volvió a la vida con un parcial de 9-0 y alcanzó el descanso con mejor resultado (32-29 a favor) que sensaciones, blanda para cerrar el rebote.
La cita se reanudó con una extrañeza. Tiro libre para Letonia por una técnica a Scariolo al finalizar el primer tiempo. Fue la chispa que prendió un incendio. En 1m 14s, un 0-8 para el conjunto letón (32-37). Willy sufría para echar el candado y Smits le sacaba de la cueva, aunque el exazulgrana cargó pronto con la cuarta falta. Tuvieron que ser los triples de dos hombres de brega, Claver y Alberto Díaz, los que mantuvieran el edificio en pie. El base del Unicaja volvió a lucirse sin balón para sacarle una falta ofensiva al polvorilla Zagars. Y Rudy condensó en unos segundos su eterna juventud de 38 años: rebote en ataque, robo de balón, triple y falta provocada, cuatro lecciones de viejo zorro que espabilaron a España (49-42). El capitán tuvo que retirarse incluso por un golpe en la cabeza. Heridas de guerra. Por fin con una intensidad atrás que le hacía reconocible, España cogió algo de oxígeno. Díaz era un pulpo para el quite y Brizuela concedía al equipo la agitación que precisaba para agotar a los defensores y encontrar rendijas. Con Garuba de muro en lugar de Willy, un 16-5 para La Familia estampó el 58-47 antes del último careo.
Letonia no había dicho su última palabra. Grazulis acertó con el triple y su equipo comenzó a creer en recuperar el terreno perdido. España tardó tres minutos en anotar, y fue con un tiro libre de Claver, otra vez bloqueda a la hora de encarar el aro. Un dos más uno de Davis Bertans, de nuevo hiriendo a la selección por dentro, y dos bingos exteriores seguidos de Zoriks levantaron a los hinchas letones de sus asientos. En un parpadeo, 61-61. Adiós a una renta que había llegado a ser de 12 puntos. Scariolo echó mano de sus peones más fiables. Gente como Rudy y Garuba. Claver, un jugador para todo, se situó de cuatro por Juancho. Los jóvenes Núñez y Aldama no jugaron toda la segunda parte.
La selección aterrizó en esos últimos minutos muy densa, con la muñeca agarrotada y el miedo en el cuerpo. Todo lo contrario que Letonia, que se creía imparable. Grazulis y Kurucs martillearon el aro español (65-70 a falta de 1m 28s). España quemó los últimos cuartos a la desesperada. Un triple de Brizuela situó el 69-71 a falta de 25 segundos, pero ya no había tiempo para darle la vuelta ni estrellas para hacer milagros. Cuando la selección no es bloque defensivo de granito, deja de ser el equipo campeón del mundo y de Europa. Si en la hoja de servicios suma 11 fallos en los tiros libres y 16 pérdidas, las cuentas no cuadran. Ahora deberá limpiar la mente en pocas horas, volver a su esencia y agigantarse contra Canadá si quiere pisar los cuartos. Es ya una final.
ESPAÑA, 69; LETONIA, 74
España: Alberto Díaz (3), Llull (5), Claver (4), Juancho Hernangómez (9), Willy Hernangómez (14) -equipo titular-; Rudy Fernández (5), Abrines (5), Aldama (2), Brizuela (11), Garuba (11) y Núñez (0).
Letonia: Zagars (7), Davis Bertans (16), Rodions Kurucs (13), Rolands Smits (11), Arturs Kurucs (1) -equipo titular-; Cavars (0), Skele (2), Grazulis (11), Pasecniks (0), Zoriks (11), Strautins (2), Dairis Bertans (0).
Parciales: 16-17, 16-12, 26-18 y 11-27.
Árbitros: Glisic (Serbia), Fernández (Argentina) y Vazquez (Puerto Rico).
Indonesia Arena (Yakarta): 7.117 espectadores.
Clasificación de los grupos de la segunda fase.
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