La compañía alemana Aurubis, el mayor productor de cobre de Europa, ha emitido un comunicado este viernes en el que informa de que ha detectado “desviaciones significativas” en su inventario de materiales que imposibilitan mantener su previsión de ingresos operativos para el ejercicio actual, para el que había previsto un rango de entre 450 y 550 millones de euros. La noticia del robo ha provocado un importante desplome del precio de las acciones, que llegaron a tocar mínimos de 2015, con caídas de hasta el 17% en la bolsa de Fráncfort.
La compañía se dio cuenta de lo ocurrido “durante los controles periódicos de su inventario de metales”. Y ante estos acontecimientos, se pondrá manos a la obra para comprobar si el suceso se ha repetido anteriormente, para lo cual realizará un inventario extraordinario de todas las existencias. La firma espera terminar ese recuento a finales de septiembre.
La empresa con sede en Hamburgo ha descubierto discrepancias entre las cantidades en inventario y las transportadas de metales asociados a su división de reciclaje. Además del procesamiento de materias primas extraídas en minas, Aurubis también adquiere materiales con cobre desechados, como cables o tuberías, para su procesamiento y reutilización.
El alcance de los daños es todavía desconocido, pero Aurubis asegura que ya ha puesto los hechos en conocimiento de la policía. Y si no hay novedades rápidas en la investigación, lastrarán los resultados del ejercicio, algo que ha provocado una huida de inversores en la compañía europea con mayor capacidad de fundición de cobre. “No puede mantenerse la banda de previsión para el ejercicio en curso”, ha resumido la compañía. La compañía siderúrgica Salzgitter AG, que posee el 30% de Auribus, también se verá impactada por el robo, y ha tenido que rebajar sus previsiones, aunque sus acciones remontaron tras un comienzo en rojo.
Aunque la crisis ha estallado este viernes, el problema lleva tiempo sobre la mesa. El pasado mes de junio, la firma dirigida por Roland Harings desveló la existencia de una investigación que señalaba a empleados, antiguos empleados y subcontratistas como los presuntos sospechosos de una red que tenía como objetivo el robo de este tipo de materiales. Harings confía en que la buena evolución del precio del cobre, y su fuerte demanda, se mantenga para el próximo año, y contrarreste así parcialmente el efecto negativo del hurto.
Este tipo de fraudes ha acechado el mercado de los metales durante este año. La empresa Trafigura, con sede en Singapur, perdió 600 millones de dólares al comprar un cargamento de níquel y recibir a cambio un envío sin rastro del metal. En marzo, la Bolsa de Metales de Londres descubrió también que las supuestas 54 toneladas de ese metal guardadas en un almacén de Holanda por el banco estadounidense JP Morgan habían sido sustituidos por piedras.
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